Niveles de estrés y elecciones alimentarias

Postado el 04/06/2021

Lo niveles de estrés del día a día pueden influenciar en las elecciones del tipo de alimentos consumidos, según un estudio realizado por el equipo del INCT Hormona, del Hospital de Clínicas de Porto Alegre (RS). La investigación “Associations of perceived stress and salivary cortisol with the snack and fast-food dietary pattern in women shift workers” identificó que mayores niveles de estrés llevan al consumo de alimentos ricos en grasas y densamente calóricos. Además, la encuesta demostró que el propio consumo de esos alimentos, a largo plazo, como una forma de compensación, puede llevar a alteraciones en los niveles de cortisol.

Según la Prof.a Raquel Canuto, del Departamento de Nutrición de la Facultad de Medicina de la Universidade Federal do Rio Grande do Sul (UFRS), el estudio fue pionero en Brasil al investigar la asociación entre las perturbaciones emocionales y el consumo de alimentos hiperpalatables, ricos en grasas, azúcares y sal en trabajadoras de turnos. “La investigación evaluó el estrés, que se mensuró por medio de una escala de estrés percibido e por medio de los niveles de cortisol salival, en mujeres trabajadoras de turnos”, explica.

En el estudio transversal, se evaluaron 539 mujeres de 18 a 53 años que trabajaban en la línea de producción de un frigorífico de aves. “Las mujeres con mayor percepción de estrés y aquellas con menores niveles de cortisol salival al despertar presentaron mayor consumo de un estándar alimentario compuesto por alimentos hiperpalatables”, comenta la investigadora.

De acuerdo con la profesora, se pueden explicar los hallazgos por interacciones complejas entre mecanismos fisiológicos y psicológicos, que influencian los comportamientos alimentarios. “El estrés induce la activación del eje neuroendócrino hipotálamo-hipófisis-adrenal (HPA), estimulando la secreción de cortisol”, afirma. “En el estrés crónico, la activación crónica del eje HPA altera el metabolismo de la glucosa y promueve resistencia a la insulina, llevando a cambios en varias hormonas relacionadas al apetite, como por ejemplo la leptina y la grelina», explica. “Por lo tanto, el aumento de la secreción de cortisol puede llevar al comportamiento alimentario crónicamente estimulado y a la propensión a comer alimentos palatables de alto contenido calórico”, alerta.

La Dra. Canuto explica también que los menores niveles de cortisol salival al despertar, asociados al mayor consumo de snacks y comida rápida por un largo período (1 año) en el presente estudio, se pueden explicar por la hipótesis de activación del circuito de recompensa. “El consumo excesivo de alimentos altamente palatables es conocido por reducir los umbrales de recompensa y, así, la exposición a una dieta rica en grasa y azúcar puede alterar las vías involucradas en la regulación de respuestas al estrés, resultando en la búsqueda compulsiva por alimentos altamente palatables”, comenta. “La investigación demostró que el consumo alimentario no está determinado solamente por elecciones individuales, pero que el estrés puede ser un factor de riesgo para elecciones alimentarias poco saludables por las mujeres”, dijo la especialista.

Según la profesora, la prevención y el manejo del estrés son factores importantes en la mejora de la calidad de vida de las mujeres y deben ser considerados en el cuidado individual y en las políticas públicas de salud. “Se sabe que el consumo de ese grupo de alimentos está relacionado al desarrollo de enfermedades crónicas no transmisibles, como obesidad y enfermedades cardiovasculares”, finaliza.

Se puede leer el artículo completo en el enlace: https://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1080/10253890.2021.1919615?journalCode=ists20