Obesidad y salud de la mujer con SOP

Publicado el 16/12/2020

Estudios realizados por el equipo del INCT Hormona muestran que el elevado Índice de Masa Corporal (IMC) es, al mismo tiempo, una enfermedad crónica inflamatoria y un factor de riesgo para la salud de la mujer.

Esta relación fue comprobada por el equipo de la Universidade Federal do Rio Grande do Sul en el resumen Adiposity Indexes as Phenotype-Specific Markers of Preclinical Metabolic Alterations and Cardiovascular Risk in Polycystic Ovary Syndrome: A Cross-Sectional Study (https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/28201826/), y en el estudioPolycystic Ovary Syndrome: New Insights on the Puzzle of Adiposity, Chronic Low-grade Inflammation And Metabolic Disturbances (https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32187270/).

Más recientemente, el artículo producido por el grupo de trabajo del Sector de Reproducción Humana, del Departamento de Ginecología y Obstetricia de la Facultad de Medicina de Ribeirão Preto, de la Universidade de São Paulo, intitulado Association of measures of central fat accumulation indices with body fat distribution and metabolic, hormonal, and inflammatory parameters in women with polycystic ovary syndrome, confirmó los resultados anteriores. La encuesta investigó la asociación entre Índice de Adiposidad Visceral (VAI), producto de acumulación de lípidos (LAP), porcentaje de grasa corporal y relación androide/ginecoide. Se puede leer el resumen completo en el enlace: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/31365630/.

De acuerdo con las investigadoras Gislaine Satyko Kogure y Rosana Maria dos Reis, en casos de obesidad, hay un aumento del riesgo de desenlaces adversos en el embarazo y disminución de la capacidad reproductiva. “El Síndrome del Ovario Poliquístico (SOP) es una enfermedad de origen endócrino-metabólico, caracterizado por el exceso de andrógenos y que afecta a un porcentaje considerable de mujeres en edad reproductiva. Las mujeres con SOP presentan algún grado de resistencia a la insulina (RI) en los tejidos muscular y adiposo, relacionado a alteraciones intrínsecas en los receptores de la insulina”, explican.

“La RI es un factor importante en la adipogénesis y lipogénesis excesiva, predisponiendo a esas mujeres a la acumulación de grasa en la región abdominal, independiente del IMC, y a la obesidad, independientemente de la edad. Estas características, por su vez, agravan el hiperandrogenismo, empeorando la RI, es decir, la RI y el hiperandrogenismo representan el vínculo entre obesidad y SOP”, complementan.

Los estudios muestran también que la obesidad en el SOP está íntimamente asociada a la gravedad de los disturbios reproductivos, como la infertilidad, y endócrinos: tales como niveles séricos de los andrógenos elevados, al agravamiento de la RI y reducción de la tolerancia a la glucosa que son factores determinantes para el desarrollo del síndrome metabólica, Diabetes Melito tipo 2, hipertensión arterial y otras comorbilidades metabólicas e inflamatorias.

Actividad Física y SOP

Recientemente, el estudio Effects of continuous and intermittent aerobic physical training on hormonal and metabolic profile, and body composition in women with polycystic ovary syndrome: A randomized controlled trial, realizado por el grupo, con apoyo del INTC, comparó, a partir de un grupo control, los efectos de la práctica del Ejercicio Aeróbico Interválico (AI) y Continuo (AC) por 16 semanas en la composición corporal y en las características hormonales y metabólicas de una muestra de mujeres con SOP delgadas, con sobrepeso y obesas.

“Observamos respuestas distintas, como mejora en el perfil lipídico y reducción de la circunferencia de la cadera, en un grupo que realizó el ejercicio AC, y reducción del índice de andrógenos libres y de la relación cintura/cadera en el grupo que practicó ejercicio AI. Ambos los protocolos fueron efectivos para promover reducción de la circunferencia de la cintura y de los niveles séricos elevados de testosterona relacionados al SOP; pero no promovieron alteración en el peso, en la composición corporal, y en indicadores de masa magra y grasa corporal”, comentan las doctoras.

“Sin embargo, tras 16 semanas, se observó el aumento de la circunferencia de la cintura y de la distribución corporal, bien como del porcentaje de grasa total, en el grupo control sin ejercicio,” alertan. “Los resultados son alentadores, presentan evidencias de que el entrenamiento aeróbico impide el aumento de grasa corporal, y refuerzan la constatación de que el ejercicio, en diferentes intensidades, puede proporcionar beneficios distintos a la salud en mujeres con SOP”, finalizan.

Se puede leer el resumen completo en el enlace: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32286711/